Enredadera trepadora adherida a mi cuerpo,
pegajosa, dulce telaraña de algodón
capullo de flores de loto naufragando entre perfumes
de divinas procedencias,
así estoy abrazado a ti como una brasa al metal
de la espada
de la vida,
filosa, preciada, mortal transitar de dos vías.
Así estoy abrazado a ti como una estrella a su piedra
en el líquido firmamento.
Y estoy atrapado, radiante,
hasta el sol sale de noche iluminando mi mirada
desplegando alas de piedra para volar en rocosos sueños
y romper la realidad en el impacto.
Aun sigo abrazado a ti
como a una melodía en el bosque,
como al ruido de la flauta del viento,
llanto del invierno en mi ventana.
Un relámpago de luz roza mi cuerpo,
fotografiándome arrodillado, fundido a un recuerdo
y mi ser sólo piensa en ti
porque está apiñado a tu pecho, llorando, feliz.
Abrazado a ti derrites mis sentidos
con voluptuosidades dulces y maternales
emanando un triste sentimiento de satisfacción
amando al infinito un millón de veces por mil.
Abrazado a ti el tiempo se fusiona a la nada
mil energías sonríen en mi ser
fundiendo los aleteos de mi pecho, de mi cuerpo
calcinado de lágrimas, látigos del alma,
cierro los ojos y veo todo como si estuviera ciego de lucidez.
cierro los ojos para diluir la gravedad de mi imantado mundo
cierro los ojos y parece que hasta las galaxias, planetas, estrellas giran abanicando las distancias de la vida
y yo sólo cumplo el más bello sueño en el más bello de los lugares
sucumbir abrazado a ti como a una quimera.